Lo más grande del Santuario de Nuestra Señora de Arcos es, sin duda, la primera impresión. Aquellos que no lo conocen y lo descubren desde lo alto de “la Pinarosa” se quedan sin calificativos y sin símiles (inaccesible como los monasterios de Meteora, fantástico como el Arca de Noe encallada en un promontorio,...). Luego, la sorpresa y el encantamiento dejan paso a un aluvión de preguntas que casi da pena responder. Porque explicar este lugar es como profanar su misterio, y cuantas más detalles se saben sobre él, más empequeñecidas quedan su aura sagrada y su leyenda.
En la meseta que rodea el espolón que sustenta el Santuario, se encontraba la aldea de Arcos, de carácter casi mítico, porque nació y murió con la Edad Media. En esta época y en esta aldea, cuentan que se apareció la Vírgen al pastor Natalio, y que le restituyó milagrosamente la mano que había perdido, para convencer a los incrédulos de que se le erigiera un santuario en aquel lugar. Aquí acaba la leyenda y comienzan –casi a nuestro pesar- los “datos probados” : La actual iglesia fue concluida en 1683, y las dependencias “monásticas” se le fueron adosando y ampliando en diversos momentos del siglo XVIII (para albergar novicios franciscanos).
El templo es un edificio manierista de ladrillo con tres naves cubiertas con bóvedas de arista –la central- y bóvedas de medio cañón con luneto –las laterales-. Tiene unos preciosos estucos florales policromados en la rebajada galería de entrada, decisivos para que fuera declarado Monumento Histórico Artístico en 1983.
En cuanto a las dependencias anejas, hay que decir que se han conservado relativamente bien (considerando que están hechas con “materiales pobres” como el tapial o la argamasa de yeso). De hecho, a mediados de los 90 se abandonó un proyecto para convertirlas en Hospedería. De momento sólo se utiliza la moderna casa de enfrente para usos esporádicos, como los campamentos infantiles de verano. Los niños que participan saben bien que, en un radio de pocos kms. en torno al Santuario están algunas de las excursiones más agradecidas de Albalate (pinturas rupestres, tumbas medievales, “Horta”, la Sierra de Arcos, la Cueva Negra, etc.).
VISITAS: Actualmente, el mantenimiento y la gestión del Santuario corresponden a la Cofradía de La Vírgen de Arcos. Para poder visitar el interior del templo, es necesario concertar “visitas de grupo” con alguno de los cofrades (616 373041) o con el guía Municipal.