De todos los vestigios de nuestro “Pasado Histórico”, tal vez el más desconocido para propios y extraños sea éste: La muralla medieval de Albalate.
Su datación exacta es imposible, tanto por la ausencia de estudios específicos como por su lamentable estado de conservación (sin el soporte de los corrales adosados probablemente ya no existiría).
Sin embargo se puede intentar una datación aproximada, atendiendo a tres aspectos:
-Los materiales empleados: Barro “armado” con graba y mamposte menudo.
-Estudio comparativo con villas cuyas murallas –similares y contemporáneas a ésta- hayan corrido mejor suerte: por ejemplo, Daroca.
-El uso del sentido común: ¿En qué coyunturas históricas tuvo Albalate entidad y necesidad suficientes como para defenderse tras murallas?
Pues bien: las tres vías nos llevan a una misma conclusión: Esta muralla sin perjuicio de la existencia de otras anteriores o posteriores- fue levantada en algún momento entre el Siglo XII y el Siglo XIV, y originariamente tendría un acabado exterior mucho más regular (pues se construiría mediante encofrados), sólo que el castigo de la meteorología durante siglos ha erosionado su superficie en los dos únicos tramos que han permanecido en pie hasta hoy. Ninguno de ellos supera los 20 metros de longitud, y ambos formarían parte de los lienzos de muralla que salían a ambos lados de la puerta que hoy llamamos “de Santo Domingo”. Uno está entre las rocas del Calvario y unos corrales derruidos de “Las Cantarerías”, y el otro delimitando unos huertos entre “Las Canaletas” y “el Cajero”.
ACCESIBILIDAD: Ambos restos son bastante difíciles de alcanzar: El de las cantarerías por el peligroso talud que hay que superar antes de remontar una pequeña roca. El de “El Cajero” porque está dentro de propiedades particulares (huertos). Sólo puede verse con cierta proximidad desde la verja del patio interior del “Edificio Canaletas”. Tal vez esta inaccesibilidad ha sido la que les ha impedido seguir la suerte del resto de la muralla.